Estuve con ella varias veces cuando trabajaba en Zandaly y en la actualidad en el Bliss. Para mi gusto es mucho plástico (entre gustos no hay disgustos) y sí es callada, pero se le abona que atiende bien. La recomiendo.
Tuve la inmensa dicha de estar con ellas en diferentes partes donde ofrecía sus excelentes servicios, también le dejé esa boca escurriendo leche y las tetas y las nalgas... !Qué recuerdos!
Por fortuna cuando estuvo en el Bliss me la llegue a comer mas de una decena de veces. La tarifa de ahora solo un grupo selecto de adinerados la podrá pagar. Lastima que se haya metido plástico.