Reymond Redington
Parroquiano
- Titulo personalizado
-
Juliana, en Rionegro la más vacana.
- Nacionalidad
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- Venezolana 🇻🇪
NOMBRE: # Juliana
NUMERO: # 3001378588
https://co.mileroticos.com/escorts/hola-soy-juliana-sexy-y-muy-carinosa/24075808/
TARIFA: # 150 la hora con el oral al natural dependiendo de la higiene
EDAD: # más de 30
LUGAR: # Urbanización en Rionegro, buen sitio.
CARA: # Un rostro normal. No es fea para nada, tampoco es Leah Gotti, el rostro que verías en un centro comercial.
CUERPO: # Proporcionada con unos buenos senos. No es flaca pero para nada con sobrepeso. Un cuerpo muy agradable.
SERVICIO: # 10/10 La actitud es excelente y maneja bien lo que hace.
Inicio esta reseña primero agradeciendo a todos aquellos que han aportado sus experiencias a este espacio virtual. Si bien me han sido muy útiles en el pasado, me veo impelido a proporcionar mi granito de arena a esta enciclopedia referencial y guía útil para aquellos en estos menesteres. No siendo más, procedo con mi relato.
Siendo este mi primer servicio en el oriente antioqueño en el cual no resido, pero visito y deambulo más que mi ciudad natal, decidí seguir los consejos encontrados en el foro y contacté a algunas cortesanas para averiguar su disponibilidad. Nota al margen, es algo complicado conseguir entre los servicios adicionales ciertas preferencias en la ropa, pero comprensible que para un primer contacto proveedor-cliente este servicio no sea tan común. Dentro de las damas a quienes presenté mi requisición estaba Juliana, con quien finalmente acordé la cita para el final de la tarde justo en el ocaso del día.
Al llegar a mi destino me encuentro en un lugar agradable, una urbanización de calles ordenadas, limpias y en donde se puede caminar sin temor a ser víctima de algún malhechor acechante. Llego a la edificación acordada y Juliana procede a lanzar unas llaves desde una ventana en un piso de considerable altura, en este punto aconsejo a los futuros visitantes cuidar su crisma para evitar un incidente con proyectil de caída libre, en realidad lo encontré divertido y no me molestó en absoluto.
Me abrí paso por la puerta, procedí al ascensor y conté cada uno de los pisos a medida que se reflejaban en el contador del mismo mientras este realizaba su viaje. Cuando por fin encontré la puerta, tomé un par de respiros y con dos golpes anuncié mi llegada. La puerta se abrió, pero no vi a nadie. Di un paso hacia el interior y escuché una deliciosa risilla oculta detrás de la misma. Juliana estaba escondida y se reveló a medida que la cerraba tras de mí, permitiéndose ser descubierta con una enorme sonrisa y un magnífico cuerpo en lencería seductora. Algo que recuerdo con gran agrado es esa actitud tan acogedora, pues más allá de sus atributos físicos, la actitud de la acompañante es un gran punto a favor, pues es como si te hubieses puesto cita con una amistad de toda la vida. Dialogamos un rato antes de iniciar con los actos amatorios, lo cual para mí es importante, pues soy una persona que necesita de una conexión personal y humana antes de proceder a los instintos carnales, y he de decir que su conversación derrocha carisma y prosa agradable, de manera que es de mucha facilidad conseguir esa conexión mencionada a priori.
Cuando estábamos en mayor confianza, Juliana procedió a proponer entrar en mayor temperatura con un masaje y música a mi elección. Procedió a desvestirme y acercarse a mí para besarnos apasionadamente, su lengua jugueteaba con la mía dejando un agradable sabor a frutos rojos en mis labios. Tras indicarme que me acostara boca abajo en el camastro, me cubrió con aceite para después mover su piel sobre la mía, un arte que se le da muy bien potenciado por sus dotes físicas pues el roce de sus senos sobre mi piel despertaba mis pasiones más profundas y alimentaba mi imaginación. Sus besos no fueron tacaños y podía sentir su juguetona lengua pasarse de vez en cuando por partes de mi cuerpo que reaccionaban a sus movimientos impredecibles. Entonces me giré y encontré sobre mí una imagen cargada de erotismo, pues frente a mí sus generosos pechos me invitaban a besarlos y deleitarme en ellos. Mi ahora erecto miembro rozaba con su ropa interior que se empezaba a percibir húmeda y con mis manos palpaba yo su cuerpo mientras mi boca iba y venía entre sus pezones y sus labios. A medida que la tensión aumentaba, empezó Juliana a estimular su intimidad en mi muslo izquierdo, y pronto el deseo creciente nos llevó a dar un paso en la escala de nuestra intimidad sexual, pues le ayudé a retirarse su ropa interior inferior para quedar completamente desnuda posada sobre mi cuerpo. Agradable fue la sorpresa de ver que tomo ella la iniciativa de descender su rostro por mi torax hasta llegar a mi privacidad, a lo que rodeó mi miembro con sus labios para hacer una felación de muy alta calidad y entrega pasional. De vez en cuando volvía a mi rostro para besarme, pero descendía de nuevo para continuar con su estímulo en mis partes, le pedí que me mirara a los ojos mientras lo hacía, ella obedeció sin reproche. Al cabo de unos minutos, me indicó que los preservativos se encontraban sobre la mesa, alcancé uno y ella se ofreció de buena gana a ponérmelo, le dije que quería verla dándose placer para mí, a lo cual ella ubicó un pequeño vibrador rosa con el cual empezó a estimularse y me invitó a ingresar en ella, para así sentir el doble de placer. Yo no me hice del rogar, y acercándome a ella puse mi glande sobre su depilada y húmeda zona erógena, para después mirarnos a los ojos y hacer mi primera entrada en su ardiente cavidad. Nuestros cuerpos se estremecieron y a medida que mi sexo se abría paso, entraba y salía aumentando el ritmo progresivamente y el deleite de nuestros gemidos y latidos acompañaban ese aumento en las frecuencias rítmicas. Para ese entonces intuía yo que el tiempo acordado estaba cerca a su final, y ella al mencionar que se encontraba cerca del clímax no me vi en la necesidad de aletargar más mi eyaculación, y entregándome al desenfreno le pregunté dónde podía derramar mi simiente, ella contestó "donde quieras". Retiré la barrera de látex mientras me estimulaba manualmente sobre su abdomen y después de unas pocas fricciones rítimicas mi ambrosía viscosa se vertió sobre su cuerpo, en su vientre, sus perfectos senos y algún par de gotas en sus piernas, el brillo del líquido blanquecino era aumentado por el contraste de luz y sombras provocado por la tenue luz amarilla que daba ambiente al recinto donde estábamos.
Tomamos aire, nos besamos y cuando ya estábamos de nuevo sobre el suelo del planeta, me ofreció una ducha en el baño de esa misma habitación. La ausencia de lavamanos no me afectó pero visualmente es un poco desconcertante. No le di importancia y procedí a tomar una ducha de agua fría a previa advertencia de ella de que en ese espacio húmedo no había agua caliente, tampoco me importó, pues no soy ajeno al uso de agua a baja temperatura en la cotidianidad.
Dialogamos un poco más, tomé la iniciativa de ofrecer el pago pues en todo momento nunca acusó de falta de tiempo o de pedir el dinero acordado. Me mostró una maravillosa vista desde su ventana a la pequeña ciudad oriental y nos despedimos, siempre manteniendo la misma calidez y buena actitud. Abadoné el recinto con una sensación de bienestar, y la satisfacción de haber disfrutado un breve pero agradable momento en manos de una profesional de las artes amatorias.

NUMERO: # 3001378588
https://co.mileroticos.com/escorts/hola-soy-juliana-sexy-y-muy-carinosa/24075808/
TARIFA: # 150 la hora con el oral al natural dependiendo de la higiene
EDAD: # más de 30
LUGAR: # Urbanización en Rionegro, buen sitio.
CARA: # Un rostro normal. No es fea para nada, tampoco es Leah Gotti, el rostro que verías en un centro comercial.
CUERPO: # Proporcionada con unos buenos senos. No es flaca pero para nada con sobrepeso. Un cuerpo muy agradable.
SERVICIO: # 10/10 La actitud es excelente y maneja bien lo que hace.
Inicio esta reseña primero agradeciendo a todos aquellos que han aportado sus experiencias a este espacio virtual. Si bien me han sido muy útiles en el pasado, me veo impelido a proporcionar mi granito de arena a esta enciclopedia referencial y guía útil para aquellos en estos menesteres. No siendo más, procedo con mi relato.
Siendo este mi primer servicio en el oriente antioqueño en el cual no resido, pero visito y deambulo más que mi ciudad natal, decidí seguir los consejos encontrados en el foro y contacté a algunas cortesanas para averiguar su disponibilidad. Nota al margen, es algo complicado conseguir entre los servicios adicionales ciertas preferencias en la ropa, pero comprensible que para un primer contacto proveedor-cliente este servicio no sea tan común. Dentro de las damas a quienes presenté mi requisición estaba Juliana, con quien finalmente acordé la cita para el final de la tarde justo en el ocaso del día.
Al llegar a mi destino me encuentro en un lugar agradable, una urbanización de calles ordenadas, limpias y en donde se puede caminar sin temor a ser víctima de algún malhechor acechante. Llego a la edificación acordada y Juliana procede a lanzar unas llaves desde una ventana en un piso de considerable altura, en este punto aconsejo a los futuros visitantes cuidar su crisma para evitar un incidente con proyectil de caída libre, en realidad lo encontré divertido y no me molestó en absoluto.
Me abrí paso por la puerta, procedí al ascensor y conté cada uno de los pisos a medida que se reflejaban en el contador del mismo mientras este realizaba su viaje. Cuando por fin encontré la puerta, tomé un par de respiros y con dos golpes anuncié mi llegada. La puerta se abrió, pero no vi a nadie. Di un paso hacia el interior y escuché una deliciosa risilla oculta detrás de la misma. Juliana estaba escondida y se reveló a medida que la cerraba tras de mí, permitiéndose ser descubierta con una enorme sonrisa y un magnífico cuerpo en lencería seductora. Algo que recuerdo con gran agrado es esa actitud tan acogedora, pues más allá de sus atributos físicos, la actitud de la acompañante es un gran punto a favor, pues es como si te hubieses puesto cita con una amistad de toda la vida. Dialogamos un rato antes de iniciar con los actos amatorios, lo cual para mí es importante, pues soy una persona que necesita de una conexión personal y humana antes de proceder a los instintos carnales, y he de decir que su conversación derrocha carisma y prosa agradable, de manera que es de mucha facilidad conseguir esa conexión mencionada a priori.
Cuando estábamos en mayor confianza, Juliana procedió a proponer entrar en mayor temperatura con un masaje y música a mi elección. Procedió a desvestirme y acercarse a mí para besarnos apasionadamente, su lengua jugueteaba con la mía dejando un agradable sabor a frutos rojos en mis labios. Tras indicarme que me acostara boca abajo en el camastro, me cubrió con aceite para después mover su piel sobre la mía, un arte que se le da muy bien potenciado por sus dotes físicas pues el roce de sus senos sobre mi piel despertaba mis pasiones más profundas y alimentaba mi imaginación. Sus besos no fueron tacaños y podía sentir su juguetona lengua pasarse de vez en cuando por partes de mi cuerpo que reaccionaban a sus movimientos impredecibles. Entonces me giré y encontré sobre mí una imagen cargada de erotismo, pues frente a mí sus generosos pechos me invitaban a besarlos y deleitarme en ellos. Mi ahora erecto miembro rozaba con su ropa interior que se empezaba a percibir húmeda y con mis manos palpaba yo su cuerpo mientras mi boca iba y venía entre sus pezones y sus labios. A medida que la tensión aumentaba, empezó Juliana a estimular su intimidad en mi muslo izquierdo, y pronto el deseo creciente nos llevó a dar un paso en la escala de nuestra intimidad sexual, pues le ayudé a retirarse su ropa interior inferior para quedar completamente desnuda posada sobre mi cuerpo. Agradable fue la sorpresa de ver que tomo ella la iniciativa de descender su rostro por mi torax hasta llegar a mi privacidad, a lo que rodeó mi miembro con sus labios para hacer una felación de muy alta calidad y entrega pasional. De vez en cuando volvía a mi rostro para besarme, pero descendía de nuevo para continuar con su estímulo en mis partes, le pedí que me mirara a los ojos mientras lo hacía, ella obedeció sin reproche. Al cabo de unos minutos, me indicó que los preservativos se encontraban sobre la mesa, alcancé uno y ella se ofreció de buena gana a ponérmelo, le dije que quería verla dándose placer para mí, a lo cual ella ubicó un pequeño vibrador rosa con el cual empezó a estimularse y me invitó a ingresar en ella, para así sentir el doble de placer. Yo no me hice del rogar, y acercándome a ella puse mi glande sobre su depilada y húmeda zona erógena, para después mirarnos a los ojos y hacer mi primera entrada en su ardiente cavidad. Nuestros cuerpos se estremecieron y a medida que mi sexo se abría paso, entraba y salía aumentando el ritmo progresivamente y el deleite de nuestros gemidos y latidos acompañaban ese aumento en las frecuencias rítmicas. Para ese entonces intuía yo que el tiempo acordado estaba cerca a su final, y ella al mencionar que se encontraba cerca del clímax no me vi en la necesidad de aletargar más mi eyaculación, y entregándome al desenfreno le pregunté dónde podía derramar mi simiente, ella contestó "donde quieras". Retiré la barrera de látex mientras me estimulaba manualmente sobre su abdomen y después de unas pocas fricciones rítimicas mi ambrosía viscosa se vertió sobre su cuerpo, en su vientre, sus perfectos senos y algún par de gotas en sus piernas, el brillo del líquido blanquecino era aumentado por el contraste de luz y sombras provocado por la tenue luz amarilla que daba ambiente al recinto donde estábamos.
Tomamos aire, nos besamos y cuando ya estábamos de nuevo sobre el suelo del planeta, me ofreció una ducha en el baño de esa misma habitación. La ausencia de lavamanos no me afectó pero visualmente es un poco desconcertante. No le di importancia y procedí a tomar una ducha de agua fría a previa advertencia de ella de que en ese espacio húmedo no había agua caliente, tampoco me importó, pues no soy ajeno al uso de agua a baja temperatura en la cotidianidad.
Dialogamos un poco más, tomé la iniciativa de ofrecer el pago pues en todo momento nunca acusó de falta de tiempo o de pedir el dinero acordado. Me mostró una maravillosa vista desde su ventana a la pequeña ciudad oriental y nos despedimos, siempre manteniendo la misma calidez y buena actitud. Abadoné el recinto con una sensación de bienestar, y la satisfacción de haber disfrutado un breve pero agradable momento en manos de una profesional de las artes amatorias.




- Rostro
- 3,00 estrella(s)
- Cuerpo
- 4,00 estrella(s)
- Actitud
- 5,00 estrella(s)
- Oral
- 5,00 estrella(s)
- Desempeño Sexual
- 5,00 estrella(s)
- Besos
- Besos apasionados
- ¿Recomienda?
- Sí, repetería
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